Una parola sola

Aria de La Fanciulla del West, obra de Puccini.
Ambientada en el lejano oeste, este western/opera cuenta la historia de Minnie, dueña de un bar, y del bandido Ramirez.
Puccini la consideraba su mejor obra, sin embargo tuvo mucho más exito en Estados Unidos que en Europa.
La obra es curiosa, un bandido que no es tan malo como lo pintan, como vereis en el aria, y una heroina con mucha sangre fria.
En una de las escenas finales se juega la vida del bandido, que ha sido encontrado por el malvado sheriff, al poker.
En esta escena (acto II) Ramirez es descubierto por Minie cuando este aparentemente trataba de robarle.
Este le cuenta el porque de su vida para tratar de excusarse.
Interpretación de Mario del Monaco, algo ya mayor.

Versión de Franco Corelli

Letra

Una parola sola!
Non mi difenderò: sono un dannato!
Lo so, lo so! Ma non vi avrei rubato!
Sono Ramerrez: nacqui vagabondo
era ladro il mio nome
da quando venni al mondo.
Ma fino a che fu vivo
mio padre, io non sapevo.
Quando, or sono sei mesi
egli mori, soltanto allora appresi!
Sola ricchezza mia, mio solo pane
per la madre e i fratelli, alla dimane,
l'eredità paterna: una masnada
di banditi da strada! L'accettai.
Era quello il destino mio!
...Ma un giorno
v'ho incontrata... Ho sognato
d'andarmene con voi tanto lontano,
per redimermi tutto in una vita
di lavoro e d'amore... E il labbro mio
mormorò una preghiera ardente: Oh Dio!
ch'ella non sappia mai la mia vergogna!
Il sogno è stato vano!
Ora ho finito... Addio!


Solo una palabra!
No me defenderá: soy malvado!
Lo soy, lo soy! Pero no te habría robado!
Soy Ramirez: nací vagabundo
era ladron mi nombre
ya cuando vine al mundo.
Pero mientras mi padre estuvo vivo,
yo no lo supe.
Cuando, hace seis meses
el murió, entonces me enteré!
La sola riqueza mia, las unicas provisiones
para mi madre y los hermanos, que nos dejo,
la herencia paterna: una manada
de bandidos de caminos! La acepté.
Era ese mi destino!
...Pero un dia
la conocí a usted... He soñado
irme con usted lejos,
para redimirme del todo en una vida
de trabajo y de amor... Y mis labios
murmuraron una ardiente plegaria: oh Dios!
que ella no sepa mi verguenza!
El sueño ha sido vano!
Ahora ha terminado... Adios!

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